sábado, 28 de abril de 2012

Gene Simmons no es un ‘demonio’

De “demonio” Gene Simmons no tiene nada. Sin el maquillaje del personaje que interpreta con la banda Kiss, el músico destaca por dos cosas: su gran altura y amabilidad.

En una habitación del hotel donde se hospeda, aprovecha para practicar su español con un guardaespaldas que aleja a todos los que se le quieren acercar: “Hey, tú, cállate la boca”, le dice y posa para las fotos y firma los discos que le entregan. Su acento es bueno y, cuando se lo resaltan, presume además de tener un amplio vocabulario.
Sebastian Bach, tan inmenso como Simmons, ingresa a la habitación con el mismo buen humor y dice que está impresionado con los fanáticos que están afuera del hotel. “A mí me sigue asombrando cómo en el mundo se sigue amando el rock and roll, el heavy metal, el rock clásico o como quieras llamarlo. Para mí es maravilloso venir a tu hermoso país y tocar para gente que se sabe tocas las canciones en un idioma diferente. ¿Quién tiene la oportunidad de hacer eso? Solo las estrellas de rock. Es una vida muy divertida”, dice Bach al inicio de la charla. Entonces Gene Simmons le interrumpe para destacar lo que más le gusta del Perú: “peruvian fans are locos, locos”. Y, como viajero empedernido, dice que nuestro país no tiene nada que envidiarle a ninguno de los cientos de lugares que ha visto en su vida: “El mundo entero ama al Perú: su comida, sus mujeres, su historia. Este no es solo un pequeño país en un pequeño continente. Este es un moderno país del siglo XXI que impresionaría a cualquiera”. Ambos ya han estado antes por Perú y se animan a decir que es una de sus audiencias favoritas. “Es la número uno, la capital del rock and roll”, dice Sebastian Bach con la misma firmeza con la que pronunció exactamente la misma frase en Paraguay. Gene Simmons dice que ha utilizado su cámara de video desde que el avión aterrizó en Lima y cuenta que ese material será utilizado en dos documentales que serán presentados a lo largo de este y el próximo año. “Estamos haciendo dos documentales aquí. Uno sobre el Rock and Roll All Stars y otro para el programa “Gene Simmons Family Jewels”. Doce personas del show están aquí grabando imágenes para un episodio entero que se desarrollará en el Perú”. Luego cuenta que tiene planeado regresar con Kiss cuando la banda presente ‘Monster’, su nuevo disco. Pero eso será en agosto, ahora es abril y, tanto Gene como Sebastian, prefieren hablar del presente. En los shows que los Rock and Roll All Stars han dado en Paraguay y Argentina los setlist han sido contundentes: las canciones más emblemáticas de los Guns N Roses, de Kiss, de Collective Soul, además de algunos covers de Bob Dylan y Led Zepellin. Sebastian Bach, a quien le toca cantar algunos temas del primer grupo y otras de la banda de Simmons, dice estar encantado.“A mí, por ejemplo, me gusta Dr. Love, la canción de Kiss, porque tiene notas muy altas, muy divertidas”. En ese momento Gene Simmons se distrae con los gritos de sus seguidores, a tres pisos debajo del lugar donde nos encontramos. Jala por el brazo a Sebastian Bach y lo hace mirar. Se estiran hacia afuera y empieza el alboroto. Gene regresa y, con la sonrisa de quien acaba de demostrar la certeza de su teoría, dice: “I told you: están locos, locos”.

Una visita presidencial. Gene Simmons (izq.)  y su esposa Shannon Tweed visitaron al presidente peruano Ollanta Humala.

lunes, 23 de abril de 2012

3 PLATAFORMAS PUEDEN SER ADICTIVAS

 “El celular se ha convertido en un espacio que potencia la comunicación del ser humano. Cuando una persona va caminando con la vista clavada en la pantallita, muy probablemente está buscando ponerse en contacto con alguien más. El problema se presenta cuando ese hábito se convierte en una conducta potencialmente peligrosa o  que perturba su equilibrio personal y social”

Con Twitter y  Facebook no pasa algo muy distinto a cuando llegaba un trovador a una villa a traer noticias de otros pueblos y todos se reunían para saber qué sucedió. Lo que ha cambiado ahora es la manera de hacerlo.   Antes uno escuchaba a gente que decía que lo primero que hacía al levantarse era encender el televisor. Ahora ni siquiera hay que pararse de la cama: hay quien abre los ojos, estira el brazo y prende el celular o la tableta para enterarse de qué está pasando. Pero   ahora  ¿qué resulta tan adictivo? Twitter y Facebook ofrecen lo que llamamos un condicionamiento de razón variable, que viene siendo el mismo principio por el cual jugamos lotería: nunca sabemos cuándo vamos a salir recompensados. Como son medios en los cuales seguimos solo a la gente que nos interesa, es más probable que obtengamos contenidos que nos parezcan más atractivos y personalizados que los que nos llegan viendo televisión, por ejemplo. Queremos sentirnos parte de ese algo.  Descubrir primicias, ser mencionado o etiquetado en fotos, ganar seguidores o recibir comentarios fungen como recompensas que refuerzan el interés en   volver regularmente. Bien usadas, las redes sociales tienen unas ventajas muy significativas.  El problema aparece cuando se convierten en un escape constante que se sale de control.

Plataformas que  causan adicción